He de tomar consejo de todos, la fibra rota, el paño ligero para confeccionar el lienzo que me arropará la eternidad. La costurera de Malasaña, Margarita García Alonso . “Cuaderno de la Herborista” y “La Costurera de Malasaña” son caóticos libros de labores, un diario del diario, que sería algo así como un hipertexto, asomarse al mundo a través de un laberíntico queso gruyere: con una cara a La Mancha y la otra a Normandía. La costurera y la herborista intercambian oficios poéticos, son dos caras de una misma moneda; son los temas, los ambientes, los que varían, pero la furia es la misma. Donde la costurera escribe: “He de tomar consejo de todos, la fibra rota, el paño ligero para confeccionar el lienzo que me arropará la eternidad”, la herborista sacude la cabeza nihilista, se niega a hacer concesiones, responde: “Ya que no he podido entender a los hombres, recorto y coso pero no me sale un humano, me dedico a las plantas”. Aunque no hay que confundirse, no se trata de seres diferentes, ambas tejerán versos con la misma ironía, la irreverencia femenina que suele.
Friday, November 17, 2017
La costurera de Malasaña
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